Decimoctavo domingo después de Pentecostés

Un esfuerzo ecuménico en favor de los/as pequeñitos/as de hoy

Sand in outstretched palm
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September 26, 2021

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Comentario del San Marcos 9:38-50



La preocupación que tiene Jesús por “los pequeñitos” es tan grande que sigue repasando esta lección crítica con los discípulos. Los discípulos siguen mostrando su falta de entendimiento y la necesidad de formación constante en el camino profético y misericordioso de Jesús. Noten que cuando Jesús le responde a Juan sobre su incomodidad con la persona extraña que estaba echando fuera demonios en el nombre de Jesús (v. 38), Jesús aún tiene al niño o a la niña con él, y enfatiza las dificultades que los discípulos enfrentarán si no ponen en práctica este tipo de cuidado y solidaridad con los miembros más vulnerables de la sociedad. Esta exhortación tiene bastante significado porque también aparece en el evangelio de Mateo (18:6). Jesús relaciona la amonestación de no hacer tropezar a “uno de estos pequeñitos que creen en mí” (v. 42) con la persona no conocida que los discípulos encuentran sanando por las calles.

La preocupación de los discípulos parece tener más que ver con sus propios deseos de mantener el poder y autoridad que con los hechos de sanación. Hablando del exorcista extraño, dicen los discípulos que “se lo prohibimos porque no nos seguía” (v. 38). Los discípulos no están cómodos con lo que han visto y quieren controlar el mensaje. Jesús les dice que no hay que prohibirlo, porque no podría hacer milagros en su nombre y luego hablar mal de él. Jesús resume la situación con la frase “el que no está contra nosotros, por nosotros está” (v. 40). En este encuentro y diálogo con los discípulos, Jesús nos deja con varias opciones para profundizar en un sermón.

Por un lado, quien predique puede continuar con el énfasis de Jesús en “los pequeñitos” como aspecto central de la fe cristiana. ¿Quiénes son las personas y las comunidades pequeñitas en nuestro mundo hoy en día, en nuestras vecindades y nuestras iglesias, y cómo estamos tratando a tales personas y comunidades? ¿Cuáles son las estructuras y políticas sociales y económicas, y las actitudes a nivel personal, interpersonal e institucional que nos hacen tropezar y causar daño a nuestros prójimos? Si se pudiera enfocar en un ejemplo concreto relacionado de alguna manera con la realidad de los feligreses en sus bancas, el mensaje tendría el mejor impacto. Por ejemplo, en mi comunidad de Nashville y en nuestra congregación, la industria de la música es muy importante, y muchos miembros de nuestra parroquia dependen de la música en vivo para su supervivencia económica.

Durante la primera fase de la pandemia, cuando casi todo tipo de reuniones públicas fueron interrumpidos debido a la necesidad de estar en cuarentena, muchos músicos perdieron trabajo y sus familias sufrieron bastante. Nuestra iglesia respondió con varios esfuerzos para apoyarles durante este tiempo, incluyendo una recaudación de fondos para los músicos desempleados.  Esta urgencia también logró que nuestra comunidad se abriera a la necesidad de abogar en la ciudad y en el estado en favor de la promoción de políticas de justicia económica para todas las personas afectadas por la pandemia. Quien predique puede provocar a su congregación de manera positiva con la ética de amor y solidaridad en la que Jesús insiste para vivir fielmente en su camino.

Por otro lado, quien predique puede enfocarse en la invitación que Jesús da a sus discípulos cuando les dice que “el que no está contra nosotros, por nosotros está.” Hoy en día esta frase de Jesús puede tener significado ecuménico. Se trata de entender que nuestra iglesia, proyecto o ministerio particular, no es el único que está intentando traer la buena nueva al mundo. Jesús afirma las obras del otro exorcista, aunque no fuera conocido. Hoy en día algunos de los desafíos religiosos más grandes ocurren dentro del mismo cristianismo. A veces nos aislamos en nuestras denominaciones y en las reglas y doctrinas que informan nuestra tradición. Y luego, llega la tentación de querer cuestionar los hechos de otros cristianos porque “no nos siguen” o no alaban a Dios a nuestra manera. Uno sólo puede pensar en las batallas teológicas e históricas sobre la Eucaristía o la Cena del Señor para entender el nivel de conflictos que hemos tenido y seguimos teniendo entre nosotros/as como pueblo cristiano.

Pero como dice Jesús, quienes no están haciendo tropezar a los demás en su camino personal y comunitario con Dios están “por nosotros.” ¿Qué tal si pensáramos de esta manera en lugar de creer que sólo nosotros/as tenemos la respuesta adecuada, o la interpretación correcta, o la manera correcta de servir a Dios? Mientras luchemos por un mundo lleno de paz, misericordia, justicia y amor, inspirados y guiados por el nombre y el ejemplo de Jesús, en el que cada ser humano tenga un lugar, y en el que a los pequeñitos y las pequeñitas se les reconozca su importancia y valor, ¿no estamos acaso en el mismo camino último por más que lleguemos de diferentes maneras? Este evangelio nos invita a enfocarnos en el apoyo mutuo en el discipulado y a celebrar los diversos dones espirituales que ofrecemos al mundo. Juntos/as podemos exorcizar los demonios del egoísmo, la avaricia, el odio y otras maldades e injusticias y lograr la sanación que tanto necesitamos.