Decimoséptimo domingo después de Pentecostés

La preferencia de Jesús por los niños

Toddler reaching hand into puddle
Photo by Andre Taissin on Unsplash; licensed under CC0.

September 19, 2021

View Bible Text

Comentario del San Marcos 9:30-37



El evangelio de hoy, que incluye el protagonismo que Jesús da a un niño, me recuerda una frase muy oportuna del ex-presidente sudafricano y ganador del Premio Nobel de la Paz, Nelson Mandela: “No puede haber una revelación más intensa del alma de una sociedad que la forma en que trata a sus niños.” Mandela pronunció estas palabras importantes no sólo para llamar la atención acerca de la condición de los niños, sino también de las personas y comunidades más vulnerables en nuestra sociedad. Las palabras de Mandela son un eco contemporáneo de las enseñanzas de Jesús en esta escritura de Marcos 9:30-37, en la que Jesús implora a sus discípulos a buscar a Dios por medio del camino de la humildad y de los hechos de servicio.

Jesús les dice: “El que reciba en mi nombre a un niño como éste, me recibe a mí; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí sino al que me envió” (v. 37). Quien predique puede pasar bastante tiempo en un sermón enfocándose sólo en estas palabras, e invitar a la comunidad a reflexionar sobre cómo nos va en la aplicación práctica de esta enseñanza teológica que constituye un punto central en la visión del Reino de Dios revelado por Jesús.

Para entender el significado de este acto de Jesús de poner en el centro de la atención a un niño (realmente en el griego antiguo puede ser niño o niña), el biblista Ched Myers nos recuerda que en el mundo antiguo mediterráneo en que Jesús vivía, los niños eran las personas más marginadas de la sociedad en términos sociales y económicos. No tenían estatus, ni derechos, ni poder. Eran casi invisibles.1 El problema de la invisibilidad de cualquier grupo, en el pasado y hoy en día, es que facilita la opresión y la exclusión.

Para Nelson Mandela, la situación no era tan diferente. Después de décadas del sistema del apartheid en su país, le preocupaban las condiciones de desnutrición y deterioro de la salud debido a la pobreza, la violencia, la guerra y la desigualdad económica y racial en su pueblo, que afectaban en especial a los niños de raza negra y a las comunidades pobres. Si un niño tiene hambre, si no tiene acceso a una educación adecuada, ni cuidado médico, ni un lugar seguro para vivir, quiere decir no están bien la familia o la sociedad.

La visión del Reino de Dios que Jesús está tratando de lanzar al mundo y mostrar a los discípulos, se basa en la opción preferencial por la gente que más sufre en cuerpo, alma y espíritu debido a las estructuras opresivas creadas por manos humanas. Quiere decir que lo que Dios más lamenta es cuando nuestras alabanzas a su nombre no se reflejan en hechos concretos de misericordia, compasión, y amor hacia nuestros prójimos. Cuando recibimos a un niño, o una persona, o una comunidad que han sido oprimidos por nuestra sociedad, y caminamos juntos en solidaridad con ellos/as, estamos proclamando y aproximando el Reino de Dios en este mundo.

La teóloga y biblista mexicana Elsa Támez dice que la conversión a que Jesús nos llama nos dirige “hacia nuestro prójimo—pero no cualquier prójimo, sino a la mayoría a la que se les ha negado su derecho, dado por Dios, de disfrutar la vida.”2 Este es el testimonio que Jesús da por medio del niño que levanta y afirma, como respuesta a los discípulos que están discutiendo quién de ellos “había de ser el mayor” (v. 34). La conversión, como un don de Dios, pero también como una tarea y decisión humana que requiere un compromiso social a nivel individual y colectivo, puede ser otro tema de predicación.

Esta escritura también tiene la función de recordarnos a los/as oyentes del evangelio lo difícil que es ser discípulo/a. Ni siquiera los propios discípulos, que han sido escogidos directamente por Jesús, que han escuchado sus palabras y han visto sus hechos de sanación, pueden entender completamente el significado de la obra y el llamado de Jesús. La falta de entendimiento de los discípulos ocurre en varias partes del evangelio de Marcos, y aquí suena un poco chistoso y enloquecedor debido al tema de la plática de los discípulos. Hasta parece que es una falta de respeto a Jesús, porque Jesús acaba de anunciar su muerte por segunda vez.

Sin embargo, Jesús responde simplemente, sin egoísmo y enojo, enfatizando los puntos esenciales del discipulado. Para todos/as nosotros/as que intentamos a seguir en el camino de Jesús, es bueno saber que a todos/as nos cuesta de algún modo entender el misterio y el llamado de Dios. Vale la pena recibir la gracia de Dios y también ofrecerla a los demás, como Jesús recibió a sus discípulos y al niño, para caminar juntos en el aprendizaje.

Jesús tiene un programa social a favor del Reino de Dios, y esta escritura nos dirige hacia esta visión. Se trata de una inversión del orden social que prioriza al estatus, la grandeza, el poder, y el avance personal en detrimento de los demás. Jesús, por medio de sus hechos y enseñanzas, y su compromiso de amar al pueblo totalmente hasta su muerte en la cruz, muestra que el Reino de Dios exige levantar a los pequeños, los menospreciados, y decirle al mundo que el amor y la fuerza divina existen aun allí.


Notas

  1. Ched Myers, Binding the Strong Man: A Political Reading of Mark’s Story of Jesus. Kindle Edition, Location 7247.
  2. Elsa Támez, The Bible of the Oppressed (Eugene, Oregon: Wipf & Stock, 2006), 80-81.