Undécimo domingo después de Pentecostés

Ampliando los límites de la sanación y la pertenencia

Image of healing the infirm woman, from a Coptic-Arab evangelary, ca. 1250.
Image: Unknown Artist, "Image of healing the infirm woman, from a Coptic-Arab evangelary" ca. 1250; public domain, via Wikimedia commons.

August 24, 2025

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Comentario del San Lucas 13:10-17



Jesús ve a las personas de manera diferente. Abundan los ejemplos en los evangelios, y muchos de ellos se encuentran en Lucas. En muchos casos Jesús se relaciona con alguien radicalmente diferente u “otro” y, al hacerlo, cruza numerosas barreras sociales, religiosas, políticas y económicas (Lucas 8:43–48; 17:11–19; 19:1–10).

En esta escritura, Jesús ve a la mujer, y esto es de suma importancia. El evangelio dice que la pobre mujer llevaba dieciocho años sufriendo, encorvada e incapaz de mantenerse erguida (v. 11). Dada su condición, era una persona increíblemente marginada. Vivía en múltiples intersecciones de marginación basadas en la pobreza, el género y la enfermedad. Era intocable, una paria social. En su condición, muy probablemente no se le permitía entrar a la sinagoga.

Sin embargo, Jesús se desvivió por buscarla, llamándola, orando por ella con manos sanadoras y proclamándola libre de todas sus dolencias (v. 12). Con este acto, causó un gran disturbio con el líder de la sinagoga, quien presumiblemente le había dado permiso para enseñar ese sábado. El líder de la sinagoga no sabía que Jesús enseñaba de manera diferente. Podría decirse que la pedagogía de Jesús se basaba en la praxis encarnacional, una especie de acción directa y educación popular en tiempo real, arraigada en Dios, que se adelantó a su tiempo. En su enseñanza, Jesús refleja la idea del escritor espiritual y pastor Henri Nouwen, quien dijo: “No se piensa para alcanzar una nueva forma de vida. Se vive para alcanzar una nueva forma de pensar.”1 La acción precede y conduce a la transformación.

Quien predique sobre este texto puede reflexionar sobre la acción de Jesús y cómo la utilizó como un momento de enseñanza para el líder de la sinagoga, quienes estaban reunidos/as y las generaciones posteriores de cristianos/as y personas de fe. ¿Negaba Jesús rotundamente la importancia del sábado? No lo parece, pues estaba enseñando en la sinagoga en un sábado, lo que implica que Jesús se tomaba el día en serio. Lo que Jesús hacía era muy similar a lo que hace en sus enseñanzas basadas en la acción: señalar las hipocresías de los aspirantes a líderes políticos y religiosos y exigirles mayor rendición de cuentas al espíritu de la fe que a la letra de la ley.

Al señalar ejemplos de cómo se quebranta el sábado en la práctica—el simple acto de desatar un animal y llevarlo al agua—Jesús plantea una pregunta social más amplia: Si vemos una injusticia en nuestro entorno y podemos hacer algo al respecto, ¿no deberíamos hacerlo? Si puedes ayudar a tu animal en sábado, ¿por qué no ayudarías a un semejante, a una “hija de Abraham”? (v. 16).

Al responder proactivamente a una injusticia individual que presenció, Jesús hizo lo correcto. Pero también lo hizo sabiendo que causaría revuelo en la sinagoga y que tendría la oportunidad de denunciar las injusticias del sistema en su conjunto. Jesús nunca piensa solo en la sanación individual. Para él, la sanación y la liberación no ocurren aisladas una de la otra. Sus impactos tienen un efecto dominó intencionado que va mucho más allá del individuo. Esto se evidencia en que en esta escritura, como en muchas otras, la persona sanada comienza a alabar a Dios y a participar en testimonio público acerca de la sanación (v. 13).

¿Cuáles son hoy los ejemplos semejantes al sufrimiento de la mujer de esta historia? Históricamente, podríamos recordar los ejemplos atroces de las colonias de leprosos en Estados Unidos o de los “intocables” dalit de la India, relegados al aislamiento social y la desesperación económica. Al releer este texto, no pude evitar pensar en un artículo que leí sobre la epidemia de sobredosis de fentanilo en todo el país. Cuando comencé a investigarlo más a fondo, las imágenes que acompañaban estas historias eran inquietantes.2 Decenas de personas dispersas por las aceras, encorvadas, inmóviles, como paralizadas. Son víctimas de una crisis de salud pública que implica no solo la adicción a las drogas, sino también la falta de sistemas suficientes para brindar rehabilitación integral que incluya recuperación, vivienda, tratamiento de salud mental y empoderamiento económico.

Durante generaciones, nuestros/as vecinos/as sin hogar o con viviendas precarias se han visto cada vez más criminalizados/as y marginados/as socialmente. En lugar de intentar comprender las múltiples condiciones sociales que están detrás de la crisis de las personas sin hogar y de buscar soluciones en conjunto con socios comunitarios de confianza y con quienes están directamente afectados/as, las entidades gubernamentales suelen tratar con dureza a las personas que viven en la calle con el pretexto de la seguridad pública. Las viviendas de las personas, conocidas como “campamentos,” son demolidas sin tener en cuenta sus pertenencias personales.

Una amiga, Lindsey Krinks, quien ha trabajado como capellana y organizadora comunitaria acompañando a personas sin hogar en Nashville durante años, comparte que con el tiempo se ha sentido cada vez más distante de la iglesia institucional por su incapacidad para responder con compasión a estos problemas. Dice: “Comencé a ver y experimentar a Dios más en los márgenes de la sociedad—las ciudades de tiendas de campaña, las cárceles, las calles y las plazas públicas—que dentro de los muros de la iglesia.”3

Quizás eso es lo que Jesús nos enseña aquí con su praxis encarnacional: ¿de qué sirven nuestros edificios y enseñanzas si no nos impulsan a actuar con fidelidad, justicia y amor ante el sufrimiento humano? ¿Cómo honramos el sábado hoy de una manera que refleje la Imago Dei—intentando ver como Jesús ve y actuar como él—para exaltar la gloria de Dios plenamente viva en los rostros, las vidas y las historias de nuestros/as vecinos/as más vulnerables?


Notas

  1. Dr. Purushothaman, Words of Wisdom: 1001 Quotes and Quotations (India: Center for Human Perfection), 119.
  2. Aldo Toledo and Connor Green, “Here’s why fentanyl users on S.F.’s streets are bent over,” San Francisco Chronicle, July 17, 2024, https://www.sfchronicle.com/sf/article/fentanyl-fold-drug-user-19561190.php.
  3. Lindsey Krinks, Praying with Our Feet: Pursuing Justice and Healing on the Streets (Grand Rapids, MI: Brazos Press, 2021), 149.