Comentario del San Juan 15:9-17
Esta segunda parte de la ilustración acerca de la vid se enfoca en los frutos de la fe. El v. 9 dice: “Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor.” La única forma de dar mucho fruto es estar conectados a la vid. El versículo 12 dice: “Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.” Como en el capítulo 13, Jesús les vuelve a decir que se amen con el amor ágape. Reflexionando sobre la imagen de la vid y sus ramas, podemos decir que los frutos tienen que ser evidentes en la vida del creyente de manera individual y en comunidad. El amor ágape es la estructura de esta conexión. Cuanto más fuerte sea el amor ágape entre Jesús y los/as creyentes, más fuerte es el amor ágape entre los/as creyentes. Y más frutos de compasión y amor al prójimo se verán en la vida práctica de las personas creyentes. Note quien predique que no es una rama, sino que son muchas ramas, y eso implica el trabajo en conjunto y en comunidad. Pero todos/as los/as miembros de la comunidad somos sostenidos/as y nutridos/as por la vid que es Jesús.
El texto concluye con estas palabras en el v. 16: “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto.” Roger Fredrickson, al analizar este versículo, explica: “La iniciativa es de Jesús. Jesús les ha llamado, entrenado y preparado para ir y dar mucho fruto… y estos discípulos se unirán a través de estos frutos y permanecerán a través del mundo.”1
Cuando estuve en mi año de misión en Perú en el año 2021, tuve la oportunidad de acompañar a una iglesia pequeña en Ayacucho. Es una congregación que habla quechua y todos los domingos recitan este texto de Juan 15:16 como su lema para compartir el amor de Dios con la comunidad. Todavía recuerdo como si fuera ayer la pasión con que adoraban a Dios y su deseo ferviente de dar mucho fruto en sus vidas y testimonio ante sus vecinos y personas de la comunidad. Esta iglesia, aunque tiene un edificio pequeño y todavía está con algunas partes en construcción, alberga a necesitados que vienen del campo. Tienen un granero de comida para las familias necesitadas. Están plantando nuevas iglesias en los pueblos aledaños y tienen muchos niños y jóvenes como participantes activos en la iglesia. Con un presupuesto pequeño y con 50 miembros, hacen muchas obras sociales que son mucho fruto y bendición para la comunidad en general.
A veces veo muchas iglesias en Estados Unidos que tienen edificios espectaculares y presupuestos enormes, pero no producen muchos frutos de misión y justicia en los barrios donde Dios les llamó. Que Dios nos ayude a expandir nuestra visión y que sigamos dando muchos frutos con la guía del Espíritu Santo (paracletos) que Jesús nos envió.
Jesús en su ministerio, muerte y resurrección, tuvo una visión saludable de la conexión recíproca entre la espiritualidad y el fruto práctico de vivir la fe en lo cotidiano.
Que las iglesias sigan siendo ramas de la vid verdadera para la gloria de Dios y así, comunidades de amor dando frutos de compasión con los más necesitados.
Notas
- Roger L. Fredrikson, The Communicators Commentary: John (Waco: Word Books Publisher, 1985), 239. Traducido por el autor del comentario.
May 5, 2024