Vigésimo Segundo Domingo después de Pentecostés

Un mensaje de esperanza para la vida

Psalm 17:5 - Hikers walking on rocky trail
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November 6, 2022

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Comentario del San Lucas 20:27-38



El texto de Lucas 20:27-38 (cf. Mc 12:18-27 y Mt 22:23-33) puede ser analizado por su estructura (agregando los versículos 39-40) de la siguiente manera:

A    Inicia con el v. 27 con los saduceos como grupo que prueba a Jesús.

B    En el v. 28 los saduceos se basan en el Pentateuco (Dt 25:5) para hacer su pregunta.

C    En los vv. 29-33 los saduceos presentan un caso concreto.

D    En el v. 34, en el centro, Jesús habla del casamiento.

C1   En los vv. 35-36 Jesús responde a la pregunta subyacente al caso presentado.

B1   En los vv. 37-38 Jesús les responde a los saduceos basándose en el Pentateuco (Ex 3:6).

A1   Concluye en los vv. 39-40 con los escribas como grupo que aprueba la respuesta de Jesús

En conclusión, con un caso sobre la ley del levirato (Dt 25:5) Lucas presenta a Jesús enseñando sobre la resurrección tomando como base lo que dicen las Escrituras.

La pregunta de la resurrección en el texto y la respuesta de Jesús

Los saduceos, que eran descendientes de Sadoc (un sacerdote de Salomón), eran principalmente sacerdotes, aristócratas, conservadores y ricos, que formaban parte de un partido religioso y político en el tiempo de Jesús. Ellos no crecían en la resurrección (Hch. 23:8) y solo reconocían el Pentateuco como la Escritura fiable. Por eso, su pregunta a Jesús sobre la resurrección basada en el Pentateuco no expresa un interés real sobre el tema (vv. 27-33), sino que sólo tiene la intención de probar a Jesús

Jesús les responde en los vv. 34-36 explicando que es un error asumir que el mundo (eon) venidero será igual que el presente. En este mundo la gente se casa con el fin de procrear y asegurar la descendencia ante la muerte de los progenitores. En el mundo venidero, en la resurrección ya no hay muerte, porque los resucitados son semejantes a los ángeles, sin la necesidad de procrear para asegurar continuidad de la especie humana. Esa resurrección está basada en el mensaje bíblico de que “Dios da vida a los muertos” (Fred. B. Craddock, p. 238).

Jesús concluye su respuesta en los vv. 37-38 siguiendo una lógica de fe: Si Dios es Dios de vivos, si Dios es Dios de Abrahán, Isaac y Jacob, entonces para Dios ellos están vivos. Su respuesta se basa en la tradición judía que aseguraba que los piadosos “… en Dios no mueren, como no murieron nuestros patriarcas Abraham, Isaac y Jacob, sino que viven en Dios” y que “…quienes mueren por Dios viven para Dios, como Abrahán, Isaac, Jacob y todos los patriarcas” (IV Mac 7:18-19 y 16:24-25, respectivamente). Es decir, los patriarcas viven la vida resucitada de los justos como un don de Dios. “La resurrección es simplemente parte de quién es Dios” (Ringe, p. 248; Perez Fernandez, p. 212).

La respuesta a la resurrección en el Nuevo Testamento

En las iglesias del primer siglo, el tema era vital porque muchos creyentes habían muerto en las persecuciones, así como otros de manera natural. Las comunidades se preguntaban qué pasaría con ellos en el regreso de Jesús, en la parusía (1 Ts 4:13-18). Unos decían que al morirse los creyentes solo dormían esperando el momento de la resurrección. Otros sostenían que la resurrección era algo figurado que se refería a que los creyentes resucitamos a una nueva vida en Cristo. En ese contexto, Pablo enseña en 1 Co 15 que la resurrección de Cristo y de los creyentes es un asunto de fe (vv. 3-57), donde la primera (Cristo) es el fundamento de la segunda (creyentes). Los evangelios sinópticos también se refieren al tema. En Marcos, la resurrección es un testimonio de discípulas/os de Jesús (16:1-14). En Mateo, la resurrección se fundamenta en las palabras de Jesús, siendo así el cumplimiento de su promesa (27:62-28:7). En Lucas, la resurrección de Jesús está basada en las Escrituras (24:44-46; Hch 2:24-31 y cf. Sal 16:10-11). Así, la enseñanza de la resurrección se basó en el testimonio de fe, en las palabras de Jesús como promesa, en las Escrituras y en la resurrección de Cristo como una vindicación de Dios a la vida de Jesús, el Justo.

En el contexto de persecución a los creyentes a causa de la fe, la enseñanza de la resurrección de los justos (v. 36; Lc 14:14; 2 Ts 1:5) era un mensaje de esperanza para la vida: solo Dios tiene toda autoridad sobre la vida y la muerte, y no el emperador romano. Los creyentes no podían quedar como muertos, porque los muertos no tienen relación con Dios (Is 38:18; Sal 6:5; 30:9; 115:17; Eclo 17:26-27). Por eso, los creyentes que han muerto físicamente viven en Dios y participan de su gloria, de su comunidad (José Schmid, p. 430).

La respuesta a la resurrección hoy

La resurrección es un mensaje de esperanza y desafío a trabajar por la vida en el contexto de muerte en el que vivimos hoy. La muerte de nuestros recursos naturales y fauna silvestre es una forma concreta de destrucción de la vida que Dios creó. La malnutrición en la niñez (particularmente entre los pueblos indígenas) es causa de muerte entre ellos, y afecta la vida de quienes sobreviven a la desnutrición (CEPAL). A pesar de la condena social de la violencia de género y el feminicidio, en América Latina y el Caribe, en 2020 hubo 4.091 casos de asesinatos de mujeres (CEPAL).

Ante tal situación, el Estado y la sociedad en general tienen que defender la vida en todas sus formas. Las iglesias tenemos que proclamar al Dios de la vida, quien defiende y protege la vida. Esto incluye apoyar políticas que defiendan y protejan legalmente nuestros recursos naturales como los ríos y mares, la selva, la Amazonía y los hábitats correspondientes, porque de esta creación de Dios depende la vida de toda la humanidad. Su destrucción tiene efectos ecológicos. Rescatamos la vida humana al rescatar los recursos naturales de su destrucción.

Por otro lado, como sociedad debemos de trabajar de manera interinstitucional para reducir la malnutrición infantil, su mortandad y efectos negativos en los sobrevivientes. Es inaceptable que en nuestros países haya niños/as y familias que solo coman una sola o dos veces al día. Como sociedad debemos trabajar con fe para rescatar a la niñez de la malnutrición y sus efectos nocivos con ministerios de solidaridad, de oportunidades de trabajo para los padres y estímulo a la educación a fin de salir de ese círculo de muerte que incluye la falta de trabajo, pobreza, malnutrición y falta de calidad de vida.

Sabemos que la violencia intrafamiliar también está presente en las familias cristianas. La violencia no produce vida, sino destrucción y muerte. Esta realidad interpela a las iglesias a enseñar que la violencia no es una forma correcta de corregir a los/as niños/as, ni es aceptable en la relación entre esposos, ni entre vecinos, etc. Como iglesias debemos formar personas con actitudes no violentas, comunidades que valoren y promuevan el buen trato, que usen y practiquen un lenguaje no de odio, sino de respeto y aprecio por el otro. De esta manera, rescatamos a la familia de la violencia y sus efectos nocivos y le damos una vida más alegre y feliz.


Bibliografía

  • CEPAL. “Malnutrición en niños y niñas en América Latina y el Caribe”. 2 de abril, 2018.  Disponible en: https://www.cepal.org/es/enfoques/malnutricion-ninos-ninas-america-latina-caribe
  • ________. “CEPAL: Al menos 4,091 mujeres fueron víctimas de feminicidio en 2020 en América Latina y el Caribe, pese a la mayor visibilidad y condena social”. 24 de noviembre, 2021. Disponible en: https://www.cepal.org/es/comunicados/cepal-al-menos-4091-mujeres-fueron-victimas-feminicidio-2020-america-latina-caribe-pese
  • Craddock, Fred B. Interpretation. A Bible Commentary for Teaching and Preaching. Luke.  Louisville: John Knox Press, 1990. (pp. 237-239).
  • López Salvá, M. “Libro Cuarto de los Macabeos”. En: Apócrifos del Antiguo Testamento, Tomo III. Dirigida por Alejandro Diez Macho y otros. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1982. (pp. 121-166).
  • MacLean Gilmour S. “The Gospel According to S. Luke”. En: The Interpreter´s Bible, Vol. III. editado por George Arthur Buttrick y otros. New York: Abingdom Press, 1952. (pp. 352-355).
  • Nickle, Keith F. Preaching the Gospel of Luke. Proclaiming God´s Royal Rule. Louisville: Westminster John Knox Press, 2000. (pp. 216-218).
  • Perez Fernandez, Miguel. “4 Macabeos”. En: Introducción general a los apócrifos del Antiguo Testamento, Tomo I. Dirigida por Alejandro Diez Macho y otros. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1984. (pp. 211-212).
  • Ringe, Sharon H. Luke. Louisville: Westminster John Knox Press, 1995. (pp. 246-248).
  • Schmid, Josef. El evangelio de San Lucas. Barcelona: Editorial Herder, 1968. (pp. 426-430).