Vigésimo primer domingo después de Pentecostés

Dios acercándose a nuestra fragilidad de forma personal

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Image: Unknown Artist, "Jesus and Zaccheus," 11th Century. public domain, via Wikimedia commons.

November 2, 2025

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Comentario del San Lucas 19:1-10



Siguiendo con el tema de la perspicacia espiritual, nuestro pasaje presenta a un personaje notorio en Jericó que, según el relato, está ansioso por ver a Jesús. Jesús (que significa “Yahveh es ayuda o salvación”)1 y Zaqueo (que significa “puro”)2 son los personajes principales en este pasaje. Hay también una gran multitud, quienes “murmuraban, diciendo que había entrado a hospedarse en casa de un hombre pecador” (v. 7). Muchas personas pasan por alto un detalle importante. Había gente dentro de la casa de Zaqueo. Muy posiblemente familiares y empleados que, si usamos nuestra imaginación y tenemos presente el contexto del pasaje, posiblemente padecían el mismo desprecio y odio que el pueblo tenía hacia Zaqueo. Estos son los tejidos del texto que hay que tener en cuenta: no solo Zaqueo es odiado y repudiado; también hay otras personas inocentes de quienes no se habla, silentes y no nombradas, que tal vez padecían y sufrían. Muchas veces, cuando adoptamos posturas intolerantes, no tomamos en consideración el daño colateral que tales acciones producen en personas inocentes.

Lucas identifica a Jesús como aquel que trae redención en el contexto judío.3 Al rico recaudador de impuestos Zaqueo, que promete dar la mitad de sus riquezas a los pobres y restituir todo lo que ha defraudado, Jesús le anuncia que la salvación ha llegado a su casa (v. 9).4 Zaqueo es un ejemplo de un hombre rico que es afirmado porque Jesús le responde. Zaqueo también busca corregir los errores que ha cometido en el pasado, lo que representa el arrepentimiento y la presencia de un verdadero hijo de Abraham que responde con fe.5

Zaqueo es un personaje dual: margina y es marginado. Es marginado por vivir dentro del sistema de opresión imperial (es parte de los pueblos subyugados). Margina por ser jefe de recaudadores de impuestos y, por tanto, es considerado un traidor y pecador (v. 7). Su cargo le asegura ser un colaborador de los sistemas imperiales. Por lo tanto, es parte de la opresión romana.6 En función de su cargo, es en cierta medida un violador doméstico. Cualquier semejanza con personajes en nuestros contextos no sería ninguna coincidencia. Pero tiene la intención de ver o conocer al maestro de Galilea. Y tiene un obstáculo: hay mucha gente agolpada. Le parece bien subir a un arbusto de tronco y ramas fuertes y de poco follaje para lograr su cometido. Mucha tinta se ha gastado en hablar sobre el detalle de la estatura de este singular personaje. De eso no hablaré.

El punto culminante de este relato se encuentra en el v. 5a: “Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba lo vio…” ¡De toda la muchedumbre que allí se encontraba, el maestro se ha fijado en él! No hay intermediarios o encargos. ¡El maestro galileo viene a mi casa! Dios se acerca a nuestra fragilidad de forma personal. “Hoy es necesario que me hospede en tu casa” (v. 5b). Jesús acaba de tocar todos los puntos sensibles de la religiosidad piadosa y la corrección social.7 Aquel hombre (y su familia y allegados, ¿recuerdan?), desechado por la sociedad y la religiosidad de su tiempo, es reivindicado y aceptado como parte del redil tribal judío (en el judaísmo, ser parte de la tribu es ser reconocido/a como un miembro más con todos los privilegios en términos políticos, sociales y religiosos). “Por cuanto él también es hijo de Abraham” y “el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (vv. 9–10). Este hijo perdido de Abraham ha sido encontrado, y hay muchos motivos para celebrar.8

Lo necesario en este relato, como en otros tantos, no es un lugar donde quedarse o un acto que hacer, sino la salvación de Zaqueo. Como en muchas ocasiones, estas palabras están dirigidas a los espectadores implacables que no han sido misericordiosos, sino que odian, marginan y desprecian. Incluso hoy en día, esta palabra transmite la inmediatez de la salvación de Dios en el lenguaje de Lucas. “Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (v. 10). ¡Todo es todo! No hay requerimientos, no hay listados, no hay peros. Dios se acerca a cada persona de forma individual; no hay una forma predispuesta por nadie. Permitamos que el amor y la misericordia de nuestro Dios obran para el bien de cada persona, sin limitaciones o exclusiones. Seamos portadores de esas buenas noticias. “¡Hoy es necesario que me hospede en tu casa!” (v. 5b).9

Bibliografía

Aymer, Margaret, Cynthia Briggs Kittredge, and David A. Sánchez. The New Testament: Fortress Commentary on the Bible. Minneapolis: Fortress Press, 2014.

Bock, Darrell L. A Theology of Luke’s Gospel and Acts: Biblical Theology of the New Testament. Grand Rapids: Zondervan, 2011.

Kertzer, Morris N. What is a Jew? New York: Touchstone, 1996.

McCaulley, Esau, Janette H. Ok, Osvaldo Padilla y Amy Peeler, eds. The New Testament in Color: Multiethnic Bible Commentary. Downers Grove: IVP Academic Press, 2024.

Parsons, Mikeal C. Luke. Paideia Commentaries on the New Testament. Mikeal C. Parsons, Charles H. Talbert y Bruce W. Longenecker, gen. eds. Grand Rapids: Baker Academics, 2015.

Penner, Todd y Caroline Vander Stichele. Contextualizing Acts: Lukan Narrative and Greco-Roman Discourse. Atlanta: Society of Biblical Literature, 2003.

Powell, Mark Allan, general ed. The HarperCollins Bible Dictionary. New York: HarperCollins Publishers, 2011.


Notas

  1. Mark Allan Powell, general ed., The HarperCollins Bible Dictionary (New York: HarperCollins, 2011), 932.
  2. Powell, The HarperCollins Bible Dictionary, 2217.
  3. Recordemos que el contexto en que se escribió este evangelio fue el judaísmo del primer siglo. En ese contexto, el judaísmo ve la mano de Dios en la historia de la humanidad, y los judíos creen que tendrán la responsabilidad de acelerar el amanecer de una era perfecta de rectitud y justicia llamada la era mesiánica. El cristianismo ve esa obra en términos de la salvación. Morris N. Kertzer, What Is a Jew? (New York: Touchstone, 1996), 124.
  4. Todd Penner y Caroline Vander Stichele, Contextualizing Acts: Lukan Narrative and Greco-Roman Discourse (Atlanta: Society of Biblical Literature, 2003), 241.
  5. Darrell L. Bock, A Theology of Luke’s Gospel and Acts: Biblical Theology of the New Testament (Grand Rapids: Zondervan, 2011), 76.
  6. Robert L. Brawley, “Luke,” en The New Testament: Fortress Commentary on the Bible, ed. Margaret Aymer, Cynthia Briggs Kittredge y David A. Sánchez (Minneapolis: Fortress, 2014), 252.
  7. Diane G. Chen, “Gospel of Luke,” en The New Testament in Color: Multiethnic Bible Commentary (Downers Grove: IVP Academic, 2024), 162.
  8. Chen, “Gospel of Luke,” 162.
  9. La exclamación es mía.