Sixth Sunday of Easter (Year B)

El amor es la marca distintiva de los cristianos y las cristianas.

It's Harvest Time in Bekaa Valley, Lebanon
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May 10, 2015

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Comentario del San Juan 15:9-17



El amor es la marca distintiva de los cristianos y las cristianas.

El amor agápe es una isotopía1 que recorre todo el NT. Lo encontramos especialmente en el evangelio y en las tres epístolas de Juan.

Los “mandamientos” de los que habla el v. 10 no se refieren a las leyes del AT ni a los “diez mandamientos.” Como dice el v. 12, “este es mi mandamiento,” es decir, el mandamiento es uno solo: “Que os améis unos a otros, como yo os he amado.” La fórmula que se usa es la misma de Juan 13:34, y se repite en 15:17, al final del pasaje para este domingo.

En algunas iglesias se proclama erróneamente que los cristianos y las cristianas debemos cumplir las leyes del AT, citando lo que dijo Jesús según Mateo 5:17-18: “No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolir, sino a cumplir.” Este es un claro ejemplo de texto sacado de contexto y mal aplicado, como si se refiriera solo a la ley de Moisés. La fórmula “la ley y los profetas” es la forma judía de referirse a toda la revelación escrita. Lo que dice el texto de Mateo es precisamente que la revelación anterior iba a perder vigencia cuando Jesús cumpliera (gr. plerôsai = llevara a su plenitud) todas las cosas. Jesús llevaría a cabo la plenitud de todo lo anterior con su ministerio, su muerte y su resurrección. Las leyes del AT son, pues, para los judíos. Para los cristianos y las cristianas ya no hay otra ley que la ley del amor, que resume toda “la ley y los profetas.” Por eso Jesús dice que toda la ley y los profetas dependen del mandamiento de amar a Dios y del mandamiento de amar al prójimo como a uno mismo (Mt 22:37-40).

En la porción del evangelio de Juan que sigue a nuestro texto, se pasa del amor entre los hermanos al odio del mundo hacia los discípulos (vv. 18-27). El dualismo amar/odiar es uno de los dualismos típicos de Juan (junto con el de luz/tinieblas, comunidad/mundo, etc.). En nuestro pasaje vemos a otro de estos dualismos en el contraste entre siervos y amigos (vv. 14-15). Los discípulos ya no son siervos, sino amigos.

Para hacer la estructura semiótica, vamos a tomar algunos versículos del pasaje anterior, ya que hay un evidente paralelismo entre ellos y los del final del pasaje de hoy.

A   pedid todo lo que queráis y os será hecho (v. 7c)
B   llevéis mucho fruto (v. 8)
C   como el Padre me ha amado, así también yo os he amado (v. 9)
D   si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor (v. 10)
X   este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros (v. 12)
D’   vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando (v. 14)
C’   todas las cosas que oí de mi Padre os las he dado a conocer (v. 15)
B’ para que vayáis y llevéis fruto (v. 16a)
A’ todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, él os lo dé (v. 16b)
Epílogo que reafirma el centro: esto os mando: Que os améis unos a otros (v. 17)

El comentario a la metáfora de la vid (15:7-16) tiene una estructura concéntrica. Este tipo de pensamiento circular es típico de la literatura semítica. El punto más importante está en el centro de la estructura. En la segunda parte, los temas se desarrollan en forma inversa, iluminados por el elemento central. Este es el tipo de estructura más frecuente en la Biblia. En las Escrituras, incluso hay libros y epístolas enteras que tienen estructuras concéntricas.2

En el centro de la estructura (X) encontramos el mandamiento que resume todos los mandamientos, e incluso toda la revelación (Mt 22:37-40): el mandamiento del amor agápe. El versículo 13 muestra cuál es la expresión máxima del amor: dar la vida por otros. Jesús se refiere así a su sacrificio inminente.

La traducción que traen algunas Biblias de agápe como “caridad” es más que desafortunada. Tergiversa el sentido de la palabra, ya que agápe implica ponerse en el lugar del prójimo, y actuar en consecuencia. En cambio, caridad es darle al prójimo algo de lo que nos sobra… más que nada, para acallar nuestra conciencia.

De las cuatro palabras para “amor” que tiene el idioma griego, el NT trae solo dos: agápe y filía.3 Y son conceptos muy diferentes. Amor filía es el que tenemos por los seres queridos. Implica cariño y afecto. En cambio, agápe no es un amor basado en sentimientos, sino en principios éticos y en la voluntad. Es un amor que depende de la voluntad consciente. Consiste en la determinación de buscar lo mejor para el otro. Este es el tipo de amor que debemos tener hacia el prójimo, y es el amor al que Jesús se refiere al pedirnos que amemos a nuestros enemigos. Jesús no pretende que los consideremos amigos, o que les tengamos afecto, sino que les deseemos lo mejor y les hagamos el bien. El amor agápe es el amor de Dios mismo, que se refleja a través de nosotros y de nosotras hacia el prójimo… siempre y cuando seamos un cristal limpio para que el amor de Dios se refleje.

Corrie Ten Boom4 cuenta que después de una conferencia, entre las personas que estaban esperando para saludarla, reconoció a uno de los peores carceleros del campo de concentración de Ravensbruck. Todas las prisioneras lo odiaban por su crueldad. Corrie sintió que el antiguo odio subía a su pecho. Entonces le pidió a Dios que le diera de su propio amor divino para poder perdonar a aquel hombre tan cruel. De pronto se sintió inundada del amor de Dios, y cuando el hombre llegó hasta ella y le pidió perdón, Corrie pudo abrazarlo con un amor que no era de ella, sino que fluía a través de ella. El hombre lloró en sus brazos, y ella lloró con él.


Notas:

1. Isotopía es un tema recurrente que actúa como eje de sentido.

2. Ver, entre otros, mi artículo “Propuesta de estructuración de la carta de Santiago,” RIBLA, no. 31 (1998): 7-23. Se puede argumentar que también Jeremías en el AT y Lucas en el NT están compuestos en forma concéntrica.

3. En griego, también existen otras dos: éros (amor erótico) y storgé (amor de familia).

4. Cristiana holandesa, autora del libro “El refugio secreto.” Su familia estaba en la resistencia y escondía judíos en su casa durante la ocupación nazi. La familia fue descubierta y los llevaron a campos de concentración, donde su padre y su hermana murieron. Después de la guerra, Corrie fundó una organización de ayuda para reconciliar a víctimas y victimarios.