Comentario del San Juan 17:1-11
La oración de Jesús en Juan 17 ha sido llamada por algunos “la oración sacerdotal.”
Sin embargo, el término“sacerdote” no aparece aquí. Esta oración es parte de una última despedida de Jesús antes de su muerte por crucifixión. Se puede subdividir este “adiós” de Jesús en Juan 17 en tres secciones: 1) Jesús se refiere a su relación con Dios Padre y a la oferta de vida eterna para quienes los conocen a Dios Padre y a él mismo, a Jesucristo (vv. 1-5); 2) Jesús ora por sus discípulos y reconoce el conocimiento que los discípulos tienen de sus palabras acerca de su procedencia del Padre. Jesús intercede por los discípulos para que sean protegidos y se mantengan unidos, así como Jesús y el Padre son uno (vv. 6-19); y 3) Jesús intercede por la próxima generación de discípulos que será el resultado de la labor de los primeros discípulos (vv. 20-26).
La sección que comprende los vv. 1-11, que es nuestro texto para hoy, se puede entender mirando al sistema social que se organizaba alrededor del patrón, el mediador y los clientes. El patrón tenía el dominio de la tierra, del sistema laboral, del poder político y del dinero. El mediador podía negociar y establecer contratos entre el patrón y los clientes. Los clientes respondían al mediador, pero siempre entendiendo que los negocios eran del patrón. O sea que en el caso de nuestro texto, Dios Padre es el patrón, Jesús es el mediador, y los discípulos y otros son los clientes. Los negocios serían la misión de liberación con la que el patrón, en este caso Dios Padre, envió a su hijo al mundo.
Nuestro texto es de gran importancia para nuestros días en vista de los sistemas sociales que todavía honran y protegen a los patrones del mundo. Quizá hay algunos que todavía dudan de que el ambiente global y la ecología del planeta estén en riesgo. Pero una cosa que sí está demasiado clara es que al fin y al cabo, los ricos se han hecho más ricos y los pobres más pobres. El 1% todavía domina el 99% del mundo.
Según este texto de Juan, Dios Padre es el supremo patrón del mundo, y no los ricos y poderosos que actúan como si fueran los dueños del mundo. Cristo mismo es el mediador entre Dios Padre y los que han de creer. No son los políticos, ni la elite intelectual, religiosa o económica de la sociedad. Y somos nosotros y nosotras los “clientes” de Cristo llamados y llamadas a mostrar al mundo el verdadero significado de la vida y de la vida en abundancia (Jn 10:10).
Otro asunto en que pone el énfasis este texto es el hecho de conocer a Dios en Cristo Jesús. La atención no está puesta en una institución ni en una agenda religiosa. Predicamos a veces sobre la “santa doctrina,” y esta es importante y necesaria. Pero el centro de esta oración de Jesús no es la iglesia ni la denominación; es la vida eterna. Aquí está el núcleo de la fe cristiana y el fundamento del discipulado cristiano. Conocer a Jesús es el principio y la fundación de la fe y la tradición cristiana. Conocer a Jesús produce una nueva vida nacida de Dios, “de lo alto” (Jn 3:31). Es una vida cualitativamente diferente de la vida “del mundo.”
Al mismo tiempo, el término “mundo” (kosmos en el original griego) se usa en diferentes maneras en este texto. Algunos representantes de la tradición evangélica han distorsionado estas distinciones. En el v. 6, “mundo” se refiere a la creación, y en el v. 9, “mundo” se refiere a los que no son creyentes. Por lo tanto, la “doctrina” que nos orienta a desconectarnos del “mundo,” y que es invocada para justificar la ausencia de nuestra responsabilidad social, es muy cuestionable e incorrecta, según este texto de Juan.
Jesús ora por los discípulos de entonces y por nosotros y nosotras, sus creyentes de hoy. Esta oración es necesaria para personas, familias y grupos en necesidad de protección y aliento en medio de la opresión que sufren día a día. En aquel entonces, los creyentes sufrían persecución y martirio. Hoy deben soportar represión las “voces de conciencia” que denuncian la violencia sistémica o se enfrentan al abuso de poder. Los conflictos que se desatan cuando llega la persecución que origina la lucha por una sociedad más justa, pueden traer desorientación y hasta fragmentación.
Así que, para que se cumpla esta oración de Jesús hoy, se requiere una comunidad de fe que se nutra de la vida para producir vida, y no muerte, destrucción ni desunión. Jesús ora por la unidad, y esto va en contra del individualismo desenfrenado que vemos diariamente y que incluso propagamos, a veces sin darnos cuenta.
La unidad es la clave para que se cumpla la oración de Jesús en nuestras comunidades. En la unidad están la fuerza y la obediencia de la fe en Cristo. La unidad es la manifestación de la vida en Cristo para todos/as los/as que creen y lo reciben hoy y mañana. En la unidad se verá la vida de Dios encarnada en nuestros proyectos e iglesias.
1 La versión Reina Valera 1995 de Jn 3:3 no dice “de lo alto,” sino “de nuevo.” El original griego puede significar las dos cosas.
June 1, 2014