Comentario del San Lucas 12:32-40
La perícopa para el noveno domingo después de Pentecostés es una continuación de la lección del evangelio de la semana pasada en la que Jesús advertía a los discípulos acerca de los peligros de la avaricia.
Si analizamos bien, la advertencia de Jesús no era en contra del rico o sus bienes como tal; el tener no es el problema. El problema que Jesús plantea es el peligro que hay cuando el ser humano da cierto lugar y importancia a lo material, especialmente cuando esto produce desigualdad social.
Me atrevo decir que, si Jesús viviera hoy, sería el primero en señalar las incongruencias entre el mensaje del evangelio y el reino de Dios, y la sociedad capitalista en que vivimos en el imperio norteamericano y sus colonias. Sin lugar a duda, la avaricia y el capitalismo están íntimamente relacionados. La realidad es que vivimos en una sociedad donde el valor literal del ser humano se calcula restando todos sus bienes gananciales de su deuda total, o sea, mientras más uno tiene, más valor tiene.
En el evangelio que leímos el domingo pasado, el mensaje de Jesús es claro y conciso: como seguidores/as de Jesús y participantes en la comunidad de fieles comprometidos/as con la justicia y la equidad, debemos cuidarnos de no caer en la avaricia rampante que existe en la sociedad en que vivimos. Pero en el evangelio para esta semana Jesús va más allá. No solo hay que cuidarse de la avaricia, Para ser verdaderos/as seguidores/as de Jesús tenemos que librarnos del peligro que nuestras propias posesiones representan y buscar reordenar nuestras vidas para cuidar del oprimido, en este caso, de quien sufre de opresión económica.
La segunda parte de la lectura del evangelio de Lucas (vv. 35-40) presenta unos desafíos que quizás nos hacen querer brincar a la lectura del evangelio para la semana que viene. Pero no podemos hacerlo. Para mí, la realidad de la historia de la esclavitud en los Estados Unidos y el Caribe problematiza las instrucciones de Jesús de ser como un esclavo que espera a su amo. Yo nunca sugeriría algo así a otra persona. Creo que sería una atrocidad sugerir que otro ser humano tome la postura de un esclavo, incluso si se trata de una postura delante de Dios. No pretendo salvar el texto ni contextualizarlo. Pero sí, la pregunta es: ¿qué lección podemos aprender de esta pequeña sección del discurso de Jesús?
Creo que lo mejor que podemos hacer es reconocer, primero, que se trata de una analogía pésima que Jesús debería haber pensado dos veces antes de usar. Segundo, podemos considerar críticamente la realidad del esclavo y cómo las cosas que amontonamos nos han esclavizado a este mundo y un sistema económico diabólico llamado capitalismo. Prestemos atención al llamado de Jesús de no amontonar, como decimos en Puerto Rico, “porquería” y librémonos del peso que ponemos sobre nuestros hombros cuando tratamos de amoldarnos a una sociedad basada en el capitalismo y el consumismo.
En la lección del evangelio de hoy Jesús deja claro que no solo hay que cuidarse de la avaricia, librarse del control que tienen sobre nosotros/as las cosas materiales y ayudar a que el pobre y la comunidad entera tengan lo suficiente para vivir. También debemos poner todo en las manos de Dios y reconocer que el verdadero sostén y provisión vienen de Dios. No tenemos que ser como un esclavo esperando su amo. Quizás lo que se espera de nosotros/as es que aceptemos el llamado liberador que se nos hace, el llamado a todos/as a que nos libremos de las ataduras físicas, emocionales y espirituales causadas por la acumulación de bienes y porquería. Para seguir a Jesús y trabajar en la construcción del reino de Dios, un reino de justicia y equidad, un reino donde ya no exista una brecha entre quienes tienen y quienes no tienen, tenemos que ser libres. Es necesario aprender que el verdadero valor de nuestras vidas no depende de lo que tenemos. Muchas veces lo que tenemos nos puede atar de tal manera que se nos hace difícil y hasta a veces imposible dejar dichas cosas atrás.
Sé que el evangelio para este domingo nos es fácil. Por un lado, vemos la continuación del discurso de Jesús acerca de la avaricia y el amor hacia las cosas y, por otro lado, tenemos una ilustración sumamente problemática que utiliza como base la esclavitud. Esta segunda parte puede ser difícil de tragar y aún más difícil incorporar en la liturgia y predicación dominical. Jaime Waters, profesora de Biblia en Boston College escribe lo siguiente: “Dentro de un texto impregnado de desigualdad y subyugación, nos encontramos con una inversión de las imágenes típicas de la esclavitud. Lucas representa al amo sirviendo a los esclavos que han estado vigilantes y atentos, recompensando el comportamiento deseado y reformulando lo que implican el liderazgo y el poder. La imagen de un maestro que sirve es un recordatorio de que las personas en posiciones de poder no deben aprovecharse de su estatus. En cambio, su poder requiere que estén al servicio de quienes les sirven.” Ella continúa: “Mientras luchamos con este difícil Evangelio, podemos aferrarnos a aspectos de su visión de liderazgo. A medida que reflexionamos sobre nuestras vidas y nos esforzamos por vivir con la atención y la preparación que se requieren en el Evangelio, también debemos considerar las implicaciones de un liderazgo orientado al servicio y las formas en que podemos implementar este principio en nuestras vidas.”1
Independientemente de los problemas teológicos que podemos encontrar en el capítulo 12 de Lucas, tenemos la oportunidad de utilizar esta lectura como un reto a la autoevaluación. Nos da la oportunidad de reflexionar sobre el sistema sociopolítico y económico en que vivimos, nuestra relación con “cosas,” y por último, y quizás lo más importante, lo que significa ser libres, libres para continuar el trabajo de construir el reino de Dios en el aquí y ahora, un reino donde no habrá gente que no tiene y gente que tiene de más, un reino donde no habrá gente esclavizada y dependiente de sus amos, y un reino donde habrá una verdadera equidad social y económica para todas las personas. ¡Amén!
Notas:
1. Véase https://www.americamagazine.org/faith/2022/08/01/bible-images-problematic-243457 (Consultado: Agosto 2, 2022).
August 7, 2022