Third Sunday of Easter (Year B)

El pasaje bíblico relata la aparición de Cristo resucitado a sus discípulos.

April 22, 2012

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Comentario del San Lucas 24:36-48



El pasaje bíblico relata la aparición de Cristo resucitado a sus discípulos.

Estudiosos del evangelio según San Lucas comentan que los versículos 26 al 53 del capítulo 24 pueden ser considerados como una unidad, donde tres secciones son identificables. La primera sección (que cubre los versículos 36 al 43), registra pruebas de la resurrección de Jesús. La segunda sección (del versículo 44 al 49), incluye la interpretación de las Escrituras y la comisión dada por Cristo a sus discípulos. La tercera sección (de los versículos 50 al 53), relata la ascensión de Jesús.

24:36. Los discípulos están reunidos y Jesús se les presenta diciéndoles “Paz a vosotros.” La frase con que se inicia el versículo 36–“Mientras ellos aún hablaban de estas cosas”–da continuidad al relato de los versículos previos donde se registra el encuentro de Jesús con dos de sus discípulos en el camino a Emaús. Los versículos 33 al 35 mencionan que dichos discípulos comunican su encuentro con Jesús a los demás diciendo “Ha resucitado el Señor verdaderamente.” En el versículo 36 encontramos a los discípulos comentando entre sí la resurrección de Jesús cuando El se presenta en la reunión. El saludo de Jesús es un saludo acostumbrado en la tradición judía y también se encuentra registrado en el Antiguo Testamento, pero para los discípulos dicho saludo es fuera de lo ordinario.

24:37. Como reacción normal, los discípulos reciben la presencia y saludo de Jesús con una respuesta inicial del espanto y temor.  El versículo 37 comenta que los discípulos piensan que están viendo un espíritu. Aunque habían escuchado a Jesús hablar de su resurrección (Lucas 18:33), para ellos es incomprensible. Los discípulos aún hacían a Jesús muerto, por lo que la opción de que lo que veían es un espíritu o inclusive un demonio tomando la forma de Jesús, es probable. La reacción de temor y asombro se puede comparar con las apariciones de ángeles a Zacarías (1:12) y a María (1:29) registradas al inicio del evangelio de Lucas.

24:38. Jesús se da cuenta del temor que envuelve a los discípulos con su presencia y conoce sus pensamientos sin que ellos digan nada. Jesús les pregunta “¿por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos?” Los discípulos en primera instancia no se dan cuenta de que lo que han escuchado de boca de Jesús y después de los discípulos que se encontraron con El en camino a Emaús es una realidad que lejos de provocar temor, debe traerles gozo. Tal como lo dice la expresión de los discípulos que iban camino a Emaús: “Ha resucitado el Señor verdaderamente.” Qué mejor acontecimiento que ser testigo de dicho suceso. Pero los corazones de los discípulos no están listos para el feliz encuentro, y por eso se llenan de temor y dudas.

24:39. Jesús invita a los discípulos a ver y tocar sus pies y manos para disipar la idea de que lo que ven es un espíritu. El les confirma que un espíritu no se puede palpar, pues un espíritu no es de carne y hueso; un espíritu es un ser inmaterial. Jesús quiere confirmar a los discípulos que su presencia es palpable, real y física. No es una visión. Si Jesús se hubiera aparecido como un espíritu, no sería resurrección. La definición de la palabra resurrección es “dar de nuevo vida.” La resurrección de la hija de Jairo (Lucas 8:55) hace evidente el significado de la frase “dar de nuevo vida” pues la niña revivió, se levantó y comió. Físicamente su organismo se restableció. Jairo tuvo de regreso a su hija en carne y hueso, no como un espíritu. Lo mismo sucede con la resurrección y aparición de Jesús.

24:40. Jesús muestra sus manos y pies a los discípulos. La prueba física y material (palpable) de la resurrección de Jesús está no solo en verlo, sino en poder tocarlo. De esta manera no les puede caber la menor duda de que Jesús está vivo.      

24:41. Jesús continúa demostrando de manera irrefutable que está vivo, ahora pidiendo algo de comer. Los discípulos ahora se encuentran maravillados y siguen sin creer.

24:42-43. Jesús come en presencia de los discípulos, quienes le dan pescado asado y un panal de miel. El hecho de que Jesús coma es otra confirmación de que no es un espíritu. Jesús está comiendo con los discípulos con la misma familiaridad con que lo ha hecho en ocasiones anteriores. Después de tantas pruebas claras, los discípulos pueden pasar, de un estado de temor y duda, a un estado de gozo y certidumbre.

24:44-46. Jesús, después de dar evidencias físicas de su resurrección, ahora da evidencias basadas en las Escrituras. Recuerda a los discípulos de las veces que habló con ellos del cumplimiento de las promesas escritas sobre El en la Ley de Moisés, en los Profetas y los Salmos. La explicación que ofrece Jesús tiene el propósito de abrir el entendimiento de los discípulos usando las Escrituras. Los discípulos tienen nuevamente frente a ellos al Maestro.

24:47-48. Estos versículos enfatizan la comisión dada directamente por Jesús a los discípulos de predicar “en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.” Jesús establece la predicación en su nombre como una ordenanza, y al mismo tiempo da la facultad y autoridad a sus discípulos para llevar a cabo dicha tarea. Jesús asigna la comisión de predicar en su nombre sin límites territoriales. El mensaje de arrepentimiento y perdón está disponible a todas las naciones, teniendo como punto de partida Jerusalén.

24:48. Los discípulos son amplios testigos, pues no solo han visto a Jesús; también han comido con El y han escuchado sus enseñanzas, antes de morir y después de su resurrección, recibiendo la ordenanza de predicar las buenas nuevas a todas las naciones. Esta ordenanza es válida tanto para aquellos discípulos que fueron testigos presenciales de la resurrección de Jesús, como para todos aquellos que se llamen seguidores de Cristo y testigos de la fe hoy.