Cuarto Domingo de Adviento

¡Cuidado, Peligro!

The Ark of the Covenant
"The Ark of the Covenant," Gwyneth Leech. Image by Lawrence Lew, O.P., via Flickr; licensed under CC BY-NC-ND 2.0.

December 18, 2016

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Comentario del San Mateo 1:18-25



¡Cuidado, Peligro!

Con este texto del Evangelio nos movemos en un terreno plagado de peligros que pueden afectar seriamente nuestra tarea de promoción de derechos humanos y defensa de la dignidad de todas las personas. Un énfasis mal colocado en su lectura puede conducirnos a conclusiones erradas. Una lectura sacada de contexto posiblemente produzca consecuencias no deseadas por el autor del Evangelio ni por quienes hoy se encuentran con este texto. Tenemos varias advertencias y ayudas que nos pueden facilitar una lectura desde otra perspectiva. 

Entre lo Personal y lo Público

En primer lugar, no podemos reducir este texto a una cuestión meramente personal y casi privada. La discusión de los comentaristas sobre la situación legal del compromiso de María y José no puede circunscribirse a una escena familiar. Es sumamente peligroso que hagamos de este pasaje un mero episodio de una telenovela de la tarde. Indudablemente enfrentamos la tarea de desentrañar el sentido político, social y cultural de esta la escena que va más allá de tantas explicaciones que a lo largo de la historia han oscurecido el significado y aun el escándalo de este texto. 

Con mucha sabiduría, la iglesia nos invita este domingo a comenzar con la lectura de Isaías 7:10-16 que nos anuncia el nacimiento del Emanuel. Esta es la fuerza liberadora que envía Aquel que conduce la historia con el objetivo de movilizar a su pueblo y a todos los pueblos para ayudarlos a resistir las situaciones de crisis y para sostener la esperanza en un futuro diferente y posible. No podemos hacer de ese Emanuel una fuerza que simplemente venga a resolver cuestiones privadas de sexualidad y problemas conyugales en forma mágica. Tenemos que resistir esa interpretación y esa lectura limitativa. Estamos hablando de Aquel que se hace uno con nosotros y nosotras y que viene a liberarnos de comprensiones limitadas, excluyentes y empobrecidas, y también de todas las tiranías. Estamos hablando del sentido mismo de la Encarnación. Enfrentamos a Aquel que nos abre mental y emocionalmente para recibir al Emanuel de dimensión cósmica que viene, no para vivir con nuestro pequeño grupo congregacional o familiar, sino para encarnarse en un proceso dinámico, abarcador y dramático que busca romper las cadenas de los sistemas de opresión y exclusión. Es un Emanuel con profunda incidencia en políticas públicas, un militante de los derechos humanos, que nos propone acciones transformadoras en el espacio público. Tenemos que resistir la fuerte tentación de transformar la iniciativa de Aquel que como Emanuel se hace uno con quienes viven en situación de vulnerabilidad en una fuerza individualista y privatizada por una mentalidad posmoderna. 

El Emanuel Político

El Emanuel que viene pero que ya está a la vez aquí es siempre un Emanuel político y liberador con un anuncio profético claro y conmovedor. En este periodo de Adviento, tiempo de fuertes expectativas, estamos esperando y trabajando para que irrumpa en nuestra realidad esa fuerza que nos congrega en la unidad para construir un mundo más solidario que trascienda las paredes de nuestro dormitorio y de una limitada ética sexual centrada en la condena de las relaciones sexuales extramatrimoniales. Repetimos, es un crimen reducir toda la escena a una desavenencia conyugal y a un problema doméstico. 

No sería bueno hacer del Emanuel liberador un maestro de moral sexual. La liberación política para construir un mundo más humano no puede pasar por el tema de la abstinencia sexual, la virginidad y todos esos temas que posiblemente puedan tener alguna importancia en el marco de la vida privada. Estoy seguro de que el Emanuel que deseamos nos trae un mensaje mucho más fuerte. 

Rupturas y Continuidades

Es necesaria nuestra creatividad para descubrir lo que proféticamente subyace en esta escena. Estoy seguro de que, si bien el evangelista quiere mostrar una continuidad entre Isaías y el cumplimiento de esas profecías en este relato, hay más rupturas que continuidad. Y explorar esas rupturas puede llevarnos a una lectura llena de posibilidades para nuestro compromiso de construir un mensaje alternativo. 

Personaje Central y Personajes Secundarios

Otra herramienta que puede ayudarnos a tener una lectura diferente es recordar la centralidad de Jesucristo en las Escrituras. En este pasaje, como en cualquier otro, el centro es el Cristo del Dios del Reino. María y José son personajes secundarios. Los focos de atención no se dirigen hacia ellos, sino hacia Aquel que aún no es visible pero ya está presente. Es importante recordar que el Espíritu de Aquel que lo envía reposa sobre su Hijo muy querido. Toda la escena ha sido escrita para resaltar que el Espíritu de Dios desciende sobre este Jesús, y que lo hace en forma paradójica y escandalosa. Estamos hablando de una encarnación que desde el primer momento es una etapa significativa en el camino de cruz. Es una encarnación realizada en el despojo de toda espectacularidad, en la humildad y en la humillación, y bajo las sospechas de que se trata de un bastardo. 

No es correcto centrarnos en los actores secundarios. Si no entendemos esto, las lecturas de Adviento nos pueden llevar a esperar la liberación y la construcción del Reino por caminos equivocados. La propuesta política del Emanuel quedaría reducida a la virtud de la castidad, la abstinencia sexual y la prohibición de las relaciones sexuales pre- y extramatrimoniales. No es esta la intencionalidad del pasaje. 

Jesús, el Emanuel, viene a liberarnos de todas las tiranías y esclavitudes, pero esta esclavitud no puede verse sólo en una perspectiva individual como la esclavitud a la que nos someten las relaciones sexuales fuera del matrimonio. Ese sería un Emanuel demasiado pequeño. No podemos permitir que nuestras preocupaciones por un mundo más equitativo y justo se limiten a una discusión sobre sexualidad y sobre adulterio. El Emanuel nos libera de nuestros silencios y cobardías frente a los opresores así como de la tentación de oprimir a nuestros hermanos y hermanas. Nos ayuda a salir de nuestro closet bíblico, teológico y pastoral. Nuestras esperanzas de liberación y de hacer que en esta tierra se cumpla la voluntad de Dios por la justicia y la solidaridad se hacen realidad teniendo como paradigma el cielo del Reino.   

Nuestro Emanuel viene a proclamar la igualdad de derechos para todos y todas. El anuncio de Adviento debe pasar necesariamente por el eje del reconocimiento y respeto de todas las diversidades. Este es el Emanuel que hemos esperado durante todos los Advientos de la historia y no podemos permitir que nos lo roben. 

Oración comunitaria

Emanuel, Padre, Hermano, Amigo,

Siervo de los siervos de Dios,

            Que nunca dejas de ser Aquel que permanece junto a tu pueblo,

Cristo del Dios del Reino, encárnate en nuestras esperanzas y proyectos,

Espíritu de Libertad y de Liberación, ven a todas nuestras vidas,

            Ayúdanos a amar nuestros cuerpos y a todos los cuerpos,

            Revélanos la dignidad de todos los seres humanos,

Concédenos integrar nuestra sexualidad en tu proyecto de dignidad,

Santifica nuestros afectos y nuestros amores

            Para que puedan ser incondicionales e inclusivos

            Para que juntos y juntas encarnemos

            la nueva tierra y el nuevo cielo

            en donde el signo visible de tu presencia

            sea la diversidad reconciliada. Amén.