Domingo de la Pasión

Este largo pasaje comienza con la cena del Señor y termina con su sepultura.

Entry into the City
Detail from "Entry into the City," John August Swanson. Used with permission from the artist. Image © 1990 by John August Swanson, 36” by 48”, www.JohnAugustSwanson.com.  Artwork held in the Luther Seminary Fine Arts Collection, St. Paul, Minn.

March 24, 2013

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Comentario del San Lucas 22:14—23:56



Este largo pasaje comienza con la cena del Señor y termina con su sepultura.

En él vemos a un Jesús que celebra la Pascua, que instruye a sus discípulos, que ora, y que sufre, un Jesús cuya situación de reo propició que Pilato y Herodes volvieran a hacerse amigos (23:12).

En este pasaje se ven dos esferas de poder humano que creen tener la autoridad para interrogar y cuestionar al Señor: el poder religioso y el poder político.

I. El poder religioso: el Concilio o Sanedrín (22:66-71)

A. Su conformación (22:66):

El Sanedrín era un consejo judío, con funciones judiciales, legislativas y ejecutivas, integrado por la aristocracia sacerdotal  y la de la nobleza, es decir, escribas, fariseos y saduceos, dirigidos por el sumo sacerdote.

B. Su interés aparente (22:67,70):

“¿Eres tú el Cristo? Dínoslo” (v. 67), le preguntaron. Pero, ¿estaba el Sanedrín interesado en saber si Jesús era realmente el Hijo de Dios? ¡No! Lo que estaban haciendo era tender una trampa.

Después le repitieron la pregunta (v. 70). No estaban interesados en su respuesta; sólo querían usar su respuesta para acusarlo y matarlo. El poder religioso rebasó sus límites. Inventó calumnias para acusar a Jesús; su celo los hizo aferrarse al suelo ignorando al cielo.

C. Su verdadero propósito (22:2)

Los principales sacerdotes querían matar a Jesús: “Los principales sacerdotes y los escribas buscaban cómo matarlo, porque temían al pueblo.”

“Vio el Señor que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos de su corazón solo era de continuo el mal,” dice Génesis 6:5. Es la secuela de la desobediencia de Adán; pero no se espera que “hombres de Dios” actúen como lo hizo el Sanedrín, mostrando completa ignorancia de la Palabra de Dios.

Lamentablemente el hombre de hoy es igual al de aquel tiempo; ignora las Escrituras y por ello está en contra de Dios y de la iglesia. El cristiano y la cristiana de hoy tienen que ser sabios/as y prudentes para no dejarse manipular por pseudo-líderes con intenciones oscuras y malas.

II. El poder político: el gobernador Pilato y el tetrarca Herodes (23:1-25)

A. La posición política y militar de ambos gobernantes:

Judea en tiempos de Jesús estaba bajo el poder del gobernador romano Poncio Pilatos y el regente de Galilea era el tetrarca Herodes, un vasallo del imperio romano (véase también Lc 3:1). Herodes era un hombre astuto, a quien Jesús define como “aquella zorra” (Lc 13:32), ambicioso y simpatizante del paganismo griego. Cuando Pilato se entera de que Jesús era de Galilea, lo envió a Herodes, ya que Pilato, como todo cumplidor de la ley romana, no quiso excederse de lo que mandaban los protocolos políticos romanos.

B. El interés aparente de Pilato (23:3):

El imperio romano tenía como política acabar con cualquier señal de sublevación en cualquier lugar; los romanos ponían mucho interés en noticias referentes al levantamiento de algún tipo de caudillo o rey, y parece que algunos judíos proclamaban a Jesús “el rey de los judíos,” pero para los romanos el único rey era el César.

C. El verdadero propósito de Pilato (23:4):

Al parecer, Pilato no quería involucrarse en el enjuiciamiento de Jesús; esto podía generar protestas de los seguidores de Jesús, y Pilato trataba de evitar cualquier problema a su gobierno.

D. La reacción inicial de Herodes (23:8):

Herodes según el v. 7 se encontraba en Jerusalén, cabe imaginar que para celebrar la pascua. Herodes no era un judío devoto, pero como tetrarca de Galilea, puede haber acudido a la fiesta por razones políticas.

Herodes se alegró mucho al ver a Jesús, pero esta alegría manifestada por Herodes no era sincera. La verdad es que Herodes quería conocer al que proclamaban como el “rey de los judíos” para burlarse de él. De todas maneras parece que sus ganas de ver a Jesús eran enormes, y el encuentro entre ambos fue de mucho “provecho” para Herodes.

E. El verdadero interés de Herodes (23:8c):

Herodes revela su verdadero interés, que era ver una señal o un milagro de Jesús. En el fondo Herodes tenía una doble agenda, y esto es muy común tanto en los sectores políticos y religiosos, especialmente cuando sienten que sus intereses se ven amenazados. No ser una persona honesta y transparente es una de las características de un pseudo-líder.

F. La reacción final de Herodes (23:11-12):

Hay un viejo proverbio que expresa que “el enemigo de mi enemigo es mi amigo.” Herodes y Pilato eran los gobernantes de sus respectivas regiones y por sus intereses particulares eran enemigos, pero Jesús apareció en la escena como un enemigo en común que los obligó a trabajar juntos y que provocó que volvieran a hacerse amigos.

El Sanedrín influyó en Pilato y en Herodes para eliminar el ministerio de Jesús, un ministerio caracterizado por romper esquemas religiosos y políticos opresivos. En definitiva, los poderes humanos se unieron con un fin común: matar al Hijo de Dios.

III. Conclusión

El relato lucano del apresamiento, juicio, crucifixión y sepultura de Jesús muestra varias facetas. A Jesús lo traicionan, lo vituperan, lo enjuician injustamente; su condena no tenía base jurídica y lo matan de la forma más cruel que el mundo había conocido hasta ese entonces. Jesús muere como un criminal.

Pero era necesario que el “Hijo del Hombre” fuera entregado en manos de pecadores para ser sacrificado por los pecados de todos los hombres y todas las mujeres. Hoy no sólo se deben recordar la crucifixión y el martirio de Jesús, sino también su propósito. Jesús vino a salvar lo que se había perdido.

Cada cristiano debe ser un instrumento para hacerles saber a todos y a todas que el sacrificio de Jesús sigue ofreciendo la redención a todas y todos los y las que aún están perdidos/as. En este Domingo de Ramos debemos recordar para qué Jesús nos salvó y porqué.

Reflexionemos: ¿Qué significa la crucifixión para nosotros y nosotras?, ¿Cuál es el mensaje salvífico que debemos predicar hoy? ¿Conocemos las verdaderas intenciones de nuestros gobernantes políticos y religiosos? ¿Deben los gobiernos eclesiales ser transparentes en todo lo que hacen?