Cuarto Domingo después de Pentecostés

Jesús se encuentra al aire libre con una multitud que le seguía y habló a la gente por medio de parábolas, como era su costumbre.

July 10, 2011

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Comentario del San Mateo 13:1-9, 18-23



Jesús se encuentra al aire libre con una multitud que le seguía y habló a la gente por medio de parábolas, como era su costumbre.

v. 1-2 La parábola que a continuación Jesús compartirá con la audiencia es una narración compuesta de metáforas relacionadas. Esta narración es conocida como la “parábola del sembrador” y también se menciona en los evangelios de Lucas y Marcos.    

v. 3 Jesús inicia la parábola mencionando a un sembrador que sale a sembrar. Los siguientes versículos describen las diferentes condiciones del suelo en las que el sembrador deposita la semilla.

v. 4 El primer tipo de suelo en el que es depositada la semilla del sembrador es uno que está junto al camino, es decir, un suelo duro, que ha sido compactado por el constante tráfico propio de un camino. La semilla queda entonces expuesta para que vengan las aves y se la coman.

v. 5-6 El segundo tipo de suelo es aquel lleno de piedras y con poca tierra. La semilla brota, pero dado que no tenía profundidad la tierra y al venir el calor del sol, se quema y seca por no tener raíz.   

v. 7 El tercer tipo de suelo es aquel lleno de espinos, donde la semilla crece a la par de los espinos, quienes la ahogan.

v. 8 El cuarto tipo de suelo es aquel propicio para la siembra, es decir, un suelo que da fruto abundante, un suelo fértil. En dicho suelo, la semilla se desarrolla al máximo.

v. 9 Esta es una exhortación de Jesús hacia la audiencia a recibir y entender el mensaje implícito en la parábola. 

v.18 Jesús llama la atención de la audiencia dando la explicación a la parábola del sembrador. “Oíd” es sinónimo de prestar atención a lo que a continuación se interpretará sobre la narración, poniendo énfasis en la aplicación de dicha interpretación en la vida de los oyentes.

v. 19 La semilla que fue sembrada junto al camino y que fue comida por las aves al quedar expuesta representa a aquella persona que escucha el mensaje de buenas nuevas (la palabra del reino) y no lo entiende, es decir, que el mensaje no entra en el corazón de la persona, quedando de manera superficial, viniendo “el malo” ilustrado por las aves, y arrebata lo que fue sembrado.

v. 20-21 La semilla que fue sembrada entre piedras representa a la persona que oye el mensaje de buenas nuevas (la palabra) y pareciera que lo recibe con gozo en su corazón, pero dicho recibimiento es temporal, no es duradero, debido a que no tiene raíz, no penetra en el corazón de la persona, dando como resultado que al venir la aflicción, los problemas de la vida o la persecución a causa del evangelio (la palabra), la persona tropieza y cae.

v. 22 La semilla que fue sembrada entre espinos representa a la persona que oye el mensaje de las buenas nuevas (la palabra) pero el materialismo, el amor por la fama y el éxito, hacen infructuosa la semilla y termina ahogada en la venalidad. El amor a las riquezas y a las venalidades que el mundo ofrece obstaculiza el crecimiento de la semilla del evangelio en el corazón de las personas.

v. 23 La semilla que fue sembrada en tierra fértil representa a la persona que oye el mensaje de las buenas nuevas (la palabra) y no solamente lo oye, sino que lo entiende, lo hace suyo, lo guarda en su corazón, dando fruto abundante. Aquella persona que escucha, recibe, entiende y obedece las enseñanzas de Jesús, es una persona que lleva fruto espiritual abundante. Recibir el mensaje del evangelio es para bendición y edificación no solo de quien lo acepta, sino para quienes están a su alrededor, pues el fruto es una bendición compartida.