Lectionary Commentaries for January 22, 2012
Third Sunday after Epiphany (Year B)

from WorkingPreacher.org


Evangelio

Comentario del San Marcos 1:14-20

Doug Avilesbernal

Un Cambio Repentino

San Marcos nos lleva brusca y repentinamente del Jesús en el desierto donde sufrió tentación a Jesús ejerciendo su ministerio. Y sin darnos tiempo para ajustarnos a la nueva situación también nos da otro golpe con su primera oración al decirnos que Juan ha sido arrestado. Muy interesantemente San Marcos nos ofrece esta información en una oración y de pasada como si fuera algo simple y sin importancia. Sin embargo esta oración se convierte en el eje en que la aclamación profética de quien llama en el desierto es hecha realidad en la presencia del mesías esperado, Jesús.

Este cambio monumental parece repentino si solamente tomamos la transición de Jesús del desierto a su ministerio. Pero al leer un poco más nos damos cuenta que San Marcos nos ha dado varias oportunidades para ver la conexión entre Juan el bautista y Jesús previamente. De hecho, todo el principio de este capítulo está basado en esa conexión entre el profeta y el Mesías. Y como si eso no fuera suficiente San Marcos nos trae aun más detalles de esta conexión en los capítulos 6 y 8 (6:14-16; 8:27-30).

Esta conexión profética está también arraigada en la tradición que viene de las Sagradas Escrituras del pueblo de Dios. La voz clamando en el desierto está firmemente conectada con la profecía y proclamación de Elías sobre el mesías que vendrá. Por ende, entonces Jesús, en su conexión con Juan el Bautista, es conectado a esa larga y muy bien nutrida tradición profética del pueblo de Dios.

¿Es Jesús simplemente un profeta más?
Antes de que empecemos a ver a Jesús como el siguiente profeta después de Juan, San Marcos nos ofrece un breve resumen del ministerio de Jesús en el cual vemos muy claramente que Jesús es mucho más que otro profeta abriendo camino para el Mesías que viene (1:15). San Marcos nos deja saber que Jesús mismo es quien nos deja saber que el mesías ha llegado, “se ha cumplido el tiempo….” Lo que Elías, Juan y otros más habían proclamado ha llegado, el reino de Dios está aquí.

Dejarlo todo para seguir a Jesús
Quizás la reacción de Simón, Andrés, Jacobo y Juan al llamado de Jesús se entiende mejor al explorar los versículos que vienen antes en más detalle. Como es su costumbre, San Marcos nos transporta a este evento de repente y sin advertencia. Como si fuese un sueño, la escena cambia y Jesús está caminando al lado del agua donde encuentra y llama a estos discípulos a seguirlo. Algo bueno de notar a este punto es que San Marcos nos deja saber que Jesús había estado predicando por toda esa área y muchas personas sabían de su presencia. Si tomamos el hecho de su presencia y ministerio en Galilea en conjunto con el conocimiento de que estos lugares eran aldeas pequeñas se nos hace más fácil suponer que tal vez Simón, Andrés, Jacobo y Juan ya habían oído de Jesús y su ministerio. Por lo tanto podemos afirmar que Jesús fue a ese lugar particular en el mar de Galilea intencionalmente. Desde luego tenemos que tener en claro que San Marcos no nos deja saber que estos hombres habían oído de Jesús y/o su ministerio. Sin embargo la pregunta que me hago es, ¿Qué es más importante, que ellos nunca habían oído de Jesús o que tomaron la decisión de seguirle?

La tentación para nosotros que vemos este evento desde la distancia de nuestro tiempo puede ser la de añadirle a Jesús otro milagro. Estos hombres fueron transformados inmediatamente por la presencia de Jesús y lo dejaron todo. No hay duda que Jesús tiene el poder para cambiar a cualquier persona inmediatamente. Pero la forma en que San Marcos nos presenta estos eventos también nos deja espacio para recibir consuelo especialmente si somos alguien que está tratando de discernir el llamado de Dios. Es muy posible que estos hombres supieran de Jesús y habían escuchado su mensaje. 

Simón, Andrés, Jacobo y Juan decidieron seguir a Jesús cuando él llamó. ¿Qué decisión hemos tomado o tomaremos en respuesta al llamado de Dios en nuestras vidas?