Lectionary Commentaries for April 6, 2012
Good Friday

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Evangelio

Comentario del San Juan 18:1—19:42

Edwin Gonzalez-Castillo

El Antiguo Testamento, o las Escrituras según el entendimiento judío al referirse al mismo, sirve para el Nuevo Testamento como base de su teología, análisis y descripción de quién es Jesús.

Los evangelios hacen continuas referencias al Antiguo Testamento para reafirmar o atestiguar sobre alguna verdad u evento en la vida de Jesús. El evangelio de Juan no es la excepción. El mismo contiene varias citas, referencias y alusiones a pasajes del Antiguo Testamento. Por ser en ocasiones alusiones o referencias indirectas, es debatible poder adjudicar un número exacto de ocasiones en las que el cuarto evangelio hace uso de las Escrituras.

El uso del Antiguo Testamento por parte de Juan tiene como fin, en la primera mitad de este evangelio, revelar y proclamar a los judíos quién es Jesús y cuál es su misión terrenal. A partir del capítulo 12, el uso de las referencias a las Escrituras cambia su utilidad y se convierten en referencias para mostrar que un evento sirve como “cumplimiento” de dicha referencia. Francis J. Moloney, en su ensayo The Gospel of John: The “End” of Scripture, afirma que a partir del 12:38 en adelante, cada cita de las Escrituras está asociada con la muerte de Jesús, y todas apuntan al entendimiento del autor del evangelio de que en y a través de los eventos de la cruz las Escrituras son cumplidas.1  Los capítulos 18 y 19 del evangelio Juan hacen uso de las referencias con este propósito, (18:9, 18:32, 19:24, 19:28, y 19:36-37).

El lector debe haberse percatado de un dato curioso de estas referencias: en el caso de las primeras dos, (18:8-9, 31-32), el autor hace referencias a palabras expresadas por Jesús en momentos anteriores (17:12; 12:32-33). En el caso de los versos 8 y 9 del capítulo 18, Jesús solicita que dejen ir a sus discípulos, librándoles así de la prisión y los castigos próximos que Jesús recibiría. En su oración al Padre (17:12), Jesús señala que aquellos que el Padre les dio, él los ha guardado, y ahora vemos el cumplimiento de estas palabras en los versos del capítulo 18, donde Jesús interviene a favor de sus discípulos, con el propósito de guardarlos. Los versos 31 y 32 de este capítulo hacen referencia a las palabras de Jesús en el capítulo 12, allí Jesús habla del momento en que será levantado de la tierra, circunstancia que el autor sugiere como la manera en que Jesús moriría, es decir, la cruz.

El autor señala el cumplimiento de las palabras de Jesús en los eventos enmarcados en el capítulo 18. Es interesante resaltar que a diferencia de las demás instancias donde el autor utiliza la formula “para que se cumpliesen” en referencia a textos del Antiguo Testamento, en estas dos ocasiones dicha expresión tiene como contexto las palabras expresadas por Jesús. Vemos entonces que para el evangelio de Juan, las palabras de Jesús también deben ser consideradas como Escrituras. Desde el comienzo de este evangelio, el autor ha presentado a Jesús como el logos, el verbo, la palabra. Es por esto que las palabras de Jesús se convierten a su vez en palabra de Dios y por tanto poseen la misma importancia para este evangelio que las Escrituras.

Los tres textos adicionales que presenta este capítulo como referencia al cumplimiento de las Escrituras, presentan distintos episodios alrededor de la cruz. Cada uno de ellos resalta el deseo del autor de demostrar que este evento que pareciese fortuito y el cual pudiese verse como una derrota o fracaso en la misión de Jesús es en realidad la victoria de Dios sobre el mundo.2 Aún en un evento tan poco trascendental como la repartición de su ropa, tiene como simbolismo el resaltar el evento de la crucifixión como algo ya anticipado por las Escrituras. La importancia de estas referencias no está en el simbolismo detrás del texto, sino más bien en el cumplimiento del mismo. Entre las posibles interpretaciones para este texto, se ha intentado relacionar la túnica con la vestimenta del Sumo Sacerdote según describe el historiador Josefo. Otros relacionan la túnica con la iglesia o la relación de Jesús con sus seguidores y hay quienes ven en el despojarse de su ropa una interrelación con el momento en que Jesús se despojó de su ropa en el lavamiento de los pies, quitándose así de su gloria y entregándose a la muerte de la cruz.3

Las palabras “tengo sed” pueden resonar como una manera del autor reaccionar al pensamiento filosófico y religioso gnóstico que se estaba desarrollando en esta época. Tal pensamiento, que asumía que el espíritu es bueno y el cuerpo/carne malo, presentaba a Jesús como un fantasma ya que para ellos no podía trascender que Dios hubiese habitado en un cuerpo humano.4 De igual forma podemos ver cierta relación entre el uso del hisopo para calmar la sed, con el hisopo que menciona el libro de Éxodo, utilizado para pintar los dinteles de la puerta con la sangre del cordero de la pascua. La respuesta por parte del autor hacia el pensamiento gnóstico también puede encontrarse en el último cumplimiento de las escrituras. Jesús, a quien no se le quiebran las rodillas, de igual forma que al cordero de la pascua no se le quebraba ningún hueso, es traspasado por una lanza en el costado, reafirmando una vez más la humanidad de Jesús. Contrario a lo que se pueda creer, el quebrantamiento de las rodillas era un acto de misericordia judía que se diferenciaba de la crueldad romana que dejaba a la persona en la cruz hasta que por sí sola muriese y fuese comida por las aves de rapiña. En el caso de Jesús no fue necesario tal acto, pues según el texto ya éste había muerto. Para asegurarse de su defunción, uno de los guardias traspasa una lanza por el costado de Jesús, brotando de allí agua y sangre. Esta alusión de la herida en el costado viene a cumplir las palabras de Zacarías 12:10, pero hay quienes van más allá del cumplimiento de las Escrituras y encuentran cierta relación entre la sangre y agua que brotan del costado y los sacramentos de la eucaristía y el bautismo.

Más allá de las interpretaciones que podamos brindar sobre estos textos, una realidad simple y trascendental es, que los mismos nos afirman la soberanía de Dios sobre el mundo, su control de todo lo que ocurre y el desarrollo de un plan de redención que comienza desde las palabras del Antiguo Testamento, hasta su cumplimiento en la vida, muerte y resurrección de Jesús.


1Balentine, Samuel E. The Gospel of John: The “End” of Scripture. Interpretation: A Journal of Bible and Theology Vol. 63, No. 4:359. Traducción propia.
2 Neil M. Alexander, “Volume Nine: Luke; John.” The New Interpreter’s Bible on CD-ROM. 2002. Traducción propia.
3  George R. Beasley-Murray, Word Biblical Commentary, Volume 36: John, (Dallas, Texas: Word Books, Publisher, 1998). CD-ROM. Traducción propia.
4  William Barclay, Comentario Al Nuevo Testamento, Tomo 6: Juan Vol. 2 (Barcelona, España: Clie, 1995), 107.