Lectionary Commentaries for July 5, 2015
Sexto domingo después de Pentecostés

from WorkingPreacher.org


Evangelio

Comentario del San Marcos 6:1-13

Alicia Vargas

Esta semana tenemos dos historias distintas que muy bien se pueden tratar separadamente.

En la primera, la gente cambia de la admiración al escándalo y rechaza a Jesús; Jesús a su vez se asombra de la falta de fe de parte de la gente. En la segunda, Jesús manda a los doce discípulos a su misión evangélica.

6:1-6a: Rechazo de Jesús en Nazaret

Ya hemos encontrado antes y hemos conocido un poco a la familia de Jesús. En Marcos 3:20-35 el evangelista nos dice: “cuando lo [a Jesús] oyeron los suyos vinieron para prenderlo, porque decían [su familia]:1 ‘Está fuera de sí’” (3:21). O sea que la familia biológica de Jesús se distancia de él. Luego la gente le dice a Jesús que su familia lo busca. Él responde con una redefinición de quienes son su familia: no son sus parientes biológicos sino que “todo aquel que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre” (3:35).

En 6:1-6a, un grupo de gente en la sinagoga se escandaliza diciendo que conoce a su familia, a su madre y a sus hermanos y hermanas, además de su trabajo humilde de carpintero. Jesús había sido rechazado por su familia y ahora es rechazado por un grupo de gente que conoce a su familia y a su región natal. Sus orígenes son ordinarios y normales. La gente no puede reconocer que de verdad Jesús sea quien les trae el poder de Dios.

Ahora bien, en la iglesia Jesús está entre “los suyos,” entre el grupo de personas que tratamos de ser sus discípulos y discípulas, que tratamos de hacer la voluntad de Dios según la palabra de Jesús. No somos miembros de su familia biológica original, pero sí somos sus “parientes” adoptados por el bautismo; somos miembros de su verdadera familia como él mismo la define.

Para hacer una lectura fiel preguntémonos: ¿Cuándo rechazamos a Jesús? ¿Cuándo la iglesia, la casa de Dios, se rehúsa a reconocer a Jesús como el profeta que es?

¿Quiénes necesitan actos de sanación de parte de la iglesia que no les han sido ofrecidos? ¿Le damos la espalda a Jesús cuando nos invita al arrepentimiento? ¿Qué idea nos ha planteado Jesús ante la cual hemos replicado: “¿Estás loco? ¡Nunca hemos hecho eso antes!”?

¿Pensamos de vez en cuando que Jesús es un mero ser humano que en realidad no nos trae el poder de Dios? ¿Cuándo nos falta la fe y pensamos que Jesús no puede hacer milagros entre nosotros y nosotras?

Que Dios nos fortalezca la fe y nos dé el poder de seguir a Jesucristo como sus discípulos y discípulas. Amén.

6:6b-13: Misión de los doce discípulos

Durante las próximas tres semanas tenemos una serie de textos que debemos interpretar de manera conjunta. En 6:6b-13 se encuentra la historia del envío de los doce discípulos; su regreso se narra en 6:30. En el medio de este relato se encuentra el de la muerte de Juan el Bautista. Hemos de preguntarnos: ¿Cómo interactúan estos textos? ¿Qué efecto tiene sobre el envío y el regreso de los discípulos el hecho de que entre ambos se narre la muerte de Juan el Bautista, y viceversa, qué efecto tiene sobre la muerte de Juan el Bautista el hecho de que esté rodeado por el envío y el regreso de los doce discípulos? “Esta narración está colocada entre el envío de los apóstoles (6:6b-13) y su regreso (6:30). La muerte de Juan el Bautista es un anuncio de lo que va a suceder a Jesús.”2 A mi parecer, también es un anuncio de lo que les puede pasar a los mismos discípulos, o sea, en el centro del llamamiento de Jesús al discipulado están el peligro y el riesgo de la muerte en el servicio del Señor, el riesgo inherente al enfrentamiento con los poderes sociales, religiosos y políticos de la sociedad.

Jesús les da a los doce discípulos autoridad sobre los espíritus impuros y les da instrucciones para su viaje itinerante misionero. Les manda que no lleven nada para el camino, sino que dependan de la hospitalidad de los que visiten con las buenas nuevas, indicando así también que su viaje sería transitorio. Les avisa que no serán aceptados en todos los lugares, e indica la gravedad con que Dios entiende su misión.

En la narración de lo que en realidad hacían después de ser enviados se encuentra algo que Jesús no les había mandado que hicieran: “Y, saliendo, predicaban que los hombres se arrepintieran” (6:12). Esto es importante porque funciona para alinear la predicación de los doce discípulos con la de Juan el Bautista (1:4) y la de Jesús (1:15). Los siguientes versículos nos narrarán que Juan el Bautista perdió la vida precisamente por predicarle al rey Herodes que se arrepintiera.

En el evangelio de Marcos “el camino” (6:8) significa el camino a Jerusalén, lugar de enfrentamiento con las autoridades y de muerte y resurrección.3 Cuando Jesús manda a los discípulos a que vayan al camino, los está mandando a este camino peligroso.

Para hacer una lectura fiel, pongamos la atención en las instrucciones de Jesús para el camino y en las preguntas que Jesús nos hace hoy en día.

La lista de los nombres de los doce apóstoles se encuentra en Marcos 3:16-19. ¿Cuáles son nuestros nombres? Añadamos los nombres de todos los cristianos y las cristianas de hoy en día a la lista de los nombres de los discípulos llamados por Jesús, y discernamos qué equipaje necesitamos y qué no necesitamos para nuestro propio itinerario misionero.

Preguntémosle a Jesús: ¿Adónde nos mandas, Señor? ¿Qué tenemos que llevar para cumplir nuestro trabajo como tus discípulos y discípulas?

¿Cuáles serán nuestras instrucciones, nuestro mensaje? ¿Cómo serviremos como portavoces de tu mensaje profético, de tus buenas nuevas?

Que Dios ayude a la iglesia para que responda a la invitación evangélica de Jesús con el máximo compromiso y fidelidad. Amén.


Notas:

1. Marcus J. Borg & John Dominic Crossan, The Last Week: A Day-by-Day Account of Jesus’s Final Week in Jerusalem (Harper: SanFrancisco, 2006), 33.

2. Santa Biblia Reina-Valera 1995 Edición de Estudio (Sociedades Bíblicas Unidas/Sociedad Bíblica Colombiana, 1995), nota en 1281.

3. Borg & Crossan, Op. Cit., 27.